Con la voz exaltada, llena de alegría y también de asombro me dice: ¨Llevo 5 meses sin beber alcohol gracias a tus Flores¨.
Ella es una chica joven de sólo 43 años, con un hijo de 11 años al que educa y sostiene sola. Desde su adolescencia ha bebido alcohol; por algunos períodos mucho y por otros un poco menos.
Llega a la consulta llena de miedos, incertidumbre y mucha culpa. Todo el tiempo afirma que no quiere que su hijo la vea así y que tiene miedo de que la policía la detenga, ya que cuando sale por las noches y bebe, pierde el control, hace cosas que no quiere hacer y muchas veces no recuerda nada.
La palabra que la define es ¨Desesperación¨. Ha intentado muchas veces dejar el alcohol sin resultados.
Llevamos 7 meses juntas, ella, las Flores y yo. Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero hay algo muy importante en ésta trilogía: ¨su predisposición y su profundo trabajo¨.
Lo cierto es que, yo sólo le tiendo mi mano para que cruce el puente; las Flores la guían, y ¨ella lo cruza¨.
´SANA¨, sólo aquella persona que quiera hacerlo, quien haya decidido dejar de ser víctima y comenzar una vida nueva.