Cambia la frase ¨Me hace daño¨, por ¨No permitiré que me dañes¨.
Asumir nuestra propia responsabilidad es innegablemente difícil, pero es el mejor camino de salida.
Siempre hay algo o alguien que hace, y alguien que permite que se haga. Poner la responsabilidad afuera es demasiado inmaduro.
Por supuesto que nadie hace algo adrede para dañarse mientras es consciente ciento por ciento.
¿Entonces, por qué tantas veces nos encontramos dañándonos? No cabe duda, que mensajes parentales, sociales, culturales, nos hicieron llegar a eso.
Pues bien, no te desanimes, eso puede cambiarse; hoy la epigenética lo explica perfectamente, el cerebro es plástico, es decir tiene la capacidad de modificarse.
¿Quieres hacerlo y no sabes cómo? Existen muchos caminos para lograrlo; los tradicionales y otros más naturales, pero no por ello menos acertados.
Busca siempre profesionales que te den garantías de su trabajo y comienza a probar; no desistas en el primer intento, a veces el camino es más largo o más lento, pero también más profundo y sanador.
No existe una sola manera de volver a la esencia, existen muchas; pero sí existe una única persona que puede encontrarla y ese, esa, solo eres tú.