Por miedo a la soledad, contestó bajando su cabeza. ¿Pero cuál es el problema de estar sola, pregunté? Pues no lo sé; siento que no podré afrontar todos los embates de la vida.
Muy bien, hablemos de eso.
La vida golpea si es que ves un golpe; recuerda que las cosas fuertes sirven siempre para reflexionar y cambiar el foco.
No existen realidades iguales para todas las personas; aun cuando puedan ser similares, nunca serán iguales. Por lo tanto, puedes aprender de la experiencia, o quedarte sufriendo en tu rol de víctima.
Pensemos en un golpe corporal. En el momento duele; el cuerpo reacciona y hace un hematoma, luego busca la manera de repararlo, absorberlo y sacarlo al exterior.
Por lo tanto, así deberías actuar con todo lo que te sucede.
Al principio recibes el golpe, reaccionas como puedes, pero luego poco a poco comienzas a analizarlo y ponerlo en otro lugar.
Lo importante es que se disuelva y deje de existir.
Imagina si tu cuerpo guardara todos los golpes que has recibido desde tu infancia; no serías quien eres, sino un entero hematoma.
Pues bien aplica este ejemplo a toda tu vida.
Con el tiempo verás que los golpes no te dejarán marcas, sino la experiencia de lo que te conviene o no te conviene hacer.
Permanece atenta todo el tiempo. Siente las cosas del afuera en la unidad de tu cuerpo y alma, no las rechaces.
Convierte la experiencia en aprendizaje puro y así verás que la soledad no existe.
Estás a salvo.
Aún lo más temido de cualquier ser humano que es la muerte, es parte de la vida misma; a veces una solución y otras, una alternativa.
Impecable y real!!! A veces creemos que la soledad es terrible, pero cuando nos damos cuenta que nunca hemos estado solos, somos uno con nuestro interior!!! Ahí está la verdad!!!