Seguramente has visto cómo el agua del mar, las mareas, el viento, la lluvia, la temperatura y el sol, erosionan no solo la geografía, sino los objetos materiales que el ser humano ha inventado.
Imagina ahora un barco anclado en el medio del mar por largos años.
Es imposible no advertir que al cabo de un tiempo el barco comenzará a deteriorarse y si no logra levantar el anclar y dejarse andar, probablemente acabe hundiéndose.
En la vida humana, algunas veces, distintas circunstancias traumáticas nos dejan anclados en un momento específico sin poder movernos, y de la misma manera nos erosionamos como el barco del ejemplo anterior.
Es necesario levantar el ancla e intentar navegar, aún en plena tormenta, porque si no lo logramos, el deterioro o el hundimiento, tarde o temprano acontecerán. Y para hacerlo, es fundamental ser el capitán o capitana de nuestro barco, tener el suficiente valor y la decisión, de seguir en éste viaje maravilloso, que es la vida.
Y por último recuerda, si el ancla es muy pesada pide ayuda, para eso estamos junt@s.
Rosaria Verissimo
Terapeuta Floral-Yoga-Biodescodificación-Psicomagia.