Hace mucho tiempo que vengo escuchando relatos sobre la niñez actual; algunos alentadores y otros no tanto, pero confieso que ayer, alguien puso en palabras una síntesis con la que resoné.
Ella es directora de un Jardín de Infantes; se sienta en el sillón y comienza a contarme su historia personal y su inquietud.
En su relato aparecen algunas cosas de su trabajo, pero me resuena algo que dice con mucha seguridad: ¨los padres no permiten que sus hij@s se frustren o que hagan berrinches, y eso no les sirve a l@s niñ@s porque no aprenden a esperar, a luchar por lo que quieren, y se convierten en adultos ansiosos y depresivos¨.
Son tiempos donde ¨todo está resuelto¨, entonces, ¿para que esforzarnos, enfrentar desafíos, tener proyectos a largo plazo, sentirnos capaces de todo o casi todo, creer en nosotros mismos?
La inteligencia artificial con la que ahora estás leyendo está nota, no puede y no debe meterse en tu inteligencia emocional, porque es preferible que aprendas a manejar tu vida coherentemente de la misma manera que manejas tu celular o tu computadora.
El juego, la lluvia, el barro, los lápices de colores, la escondida, la mancha, la casita, las muñecas, la pelota, saben del amor y la vida misma, más que cualquier chisme de las redes.
Sugerencia: prueba apagar un ratito el ruido externo e intenta mirar a l@s niñ@s a los ojos, te aseguro que descubrirás un tesoro infinito de amor y sabiduría.