Cuando era chica, jugaba todo el tiempo a que convertía las cosas con una varita mágica; en el fondo sabía que era una fantasía, pero me encantaba hacerlo.
Con el tiempo estudié algunos sistemas, que afirman que eso existe y no entraré en detalles, porque ya he hablado de eso en muchas oportunidades.
Lo cierto es que cada uno de nosotros, tiene una palabra mágica, esa que aparece en ciertos momentos que queremos y necesitamos cambiar algo de nuestra realidad, y como niños la usamos sin darnos cuenta ciento por ciento de su efectividad.
Por ejemplo, ¿cuántas veces te has visto o descubierto diciéndote cosas en voz baja, o alta, como si fueras otra persona? A esa acción le llamamos la voz de tu maestra@ interno, que para ser sincera, la mayoría de las veces, la desoímos o ignoramos.
Hoy te propongo un ejercicio; puede parecerte ridículo al principio, pero en la medida que comiences a ponerlo en práctica, descubrirás que efectivamente el cerebro siempre se cree ¨todos los cuentitos¨ que le contamos.
Búscate una palabra que creas será mágica y renovadora en tu vida; por ejemplo, la mía es ´BASTA¨. Cada vez que te pesques o descubras repitiendo una conducta que no es positiva o productiva, repítete TU PALABRA MAGICA. A veces necesitaremos algo externo a modo de varita, pero con el tiempo lo haremos naturalmente. Descubrirá al instante que el cerebro deja de pensar en lo que estaba pensando, por lo menos por un rato. Hazlo las veces que necesites, hasta que se convierte en un hábito, y verás que, al cabo de un tiempo, habrás aprendido a cortar con algunos pensamientos repetitivos.