Cada célula del cuerpo tiene una frecuencia vibratoria, cada palabra hablada también.
Hoy la ciencia demuestra que, si emitimos palabras con frecuencias armónicas, generamos estados de bienestar tanto físicos como emocionales, ya que se liberan neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina.
Demás está explicar qué sucede en el caso contrario.
Sugerencia:
Cantar mantras, rezar, repetir infinitas veces la palabra gracias, decir cosas amorosas a nosotras mismas y a otras personas, contrarrestar los pensamientos negativos con frases en voz alta positivas, nos puede cambiar la vida. Prueba escucharte, posiblemente te sorprendas, no sólo de cómo le hablas a otras personas, sino sobre todo a ti.
(Si quieres saber más sobre el tema puedes ver los extraordinarios estudios del científico japonés Masaru Emoto).