UN SECADOR DE CABELLO CAMBIÓ MI VIDA

  Entro al consultorio puntualmente. Tenía un perfume muy atractivo, un físico muy entrenado, una computadora moderna, unas gafas de sol compradas en el exterior, una sonrisa luminosa y unos zapatos lustrados a la vieja usanza. Se presentó extendiendo su mano y me dijo, soy Juan Martín. Lo invité a …